miércoles, 26 de enero de 2011

Cuando a veces somos.



Hace poco tiempo estaba caminando por el parque de mi casa y encontré a una pareja de palomas, estaban en una situación peculiar, una seguía a la otra, y, la otra se alejaba de una.

¿Era un rechazo? ¿invadía su espacio personal?

Es lo que pasa a veces, en el intento de seguir a alguien porque bien nos gusta o pensamos que es misteriosa, la sofocamos y en algunos casos la aburrimos.

¿Entonces qué debemos hacer?

Es una de las cosas en las que no he tenido mucha suerte, pero todavía la recuerdo -a ella- y la sigo viendo, ya que hice un hábito entre nosotros, y, al menos, así la tengo cerca sin que ella sepa nada y yo todo.

Ellos me recuerdan cuando a veces somos.

martes, 25 de enero de 2011

La Ficción de una realidad injusta



No es la primera vez que sientan, a veces tanto como yo, esa repulsión ante estos actos desesperados, la última estocada de un estudiante moribundo que quiere sí o sí acabar el ciclo sin dificultades, sabiendo que todo lo que traerá consigo es más corrupción, sobretodo cuando hablamos de una carrera tan defensora de la libertad y justicia.

Para muestra un botón, o en estos casos un billete con el dibujo de Abraham Valdelomar, o tal vez de dos Quiñónes, yo no solo condeno esto en la ficción, sino que también me doy cuenta que en la realidad, la conciencia y ética se va desmoronando, en donde la responsabilidad es compartida.

lunes, 24 de enero de 2011

Autoridad sobre ruedas


Para los que orbitan por la municipalidad de los olivos, en aquella pequeña plaza, es imposible no reconocer a ese señor, la "autoridad sobre ruedas".

Observando  juicioso a cada quien y cual que pulule, buscando algun acto sospechoso entre los parroquianos -personajes coloridos o carentes de este-, que pasan ante sus pequeños ojos de lupa mostrando su cara ya un tanto arrugada, que de una u otra forma dictan autoridad y soberanía, esa que trata de resguardar la seguridad ciudadana que tanta falta le hace a lima.

"La autoridad sobre ruedas" no sólo cuida la paz, sino también es reflejo de responsabilidad y convicción en una ciudad atrevida. ¡Salve al pequeño señor que ni mal tan bien lo hace!